“218. A la vista de hacer efectivo los compromisos tomados en Copenhagen, […] se recomienda elaborar programas nacionales de lucha contra la pobreza que en opinión del ponente especial, debería de darse el carácter normativo bajo la forma de una ley de bases previendo mecanismos de aplicación. […]
219. Es importante que estos programas nacionales se combinan con métodos de ejecución concebidos de tal forma que las políticas de lucha contra la pobreza efectivamente alcanzan a los que son dejados, por el hecho de su exclusión social, por su marginalización o la miseria en la cual viven. Una de las directivas adoptadas en Copenhagen estipula al respecto que los pobres deben de ser asociados en la elaboración, la ejecución, el seguimiento y la evaluación de los programas que los atañan. Además, sería deseable que los gobiernos aprovecharan los conocimientos y la experiencia de organizaciones no gubernamentales que llevan desde hace mucho tiempo actividades en zonas alcanzadas por la miseria. […]”